Conferencia “Origen y extinción del sufrimiento, La ciencia de la Mente Budista”
Un encuentro entre oriente y occidente.
Cada vez mas la ciencia descubre en el budismo una fuente de sabiduría ancestral pero mas actual que nunca, la psicología moderna, la filosofía y la física ven como muchos de sus postulados mas novedosos han sido de alguna forma ya estudiados y expuesto por esta filosofía de mas de 2500 años de antigüedad.
El autoconocimiento es la meta del budismo, que es la única forma de salir del condicionamiento o ignorancia que nos mantiene en los ciclos de nacimientos y muertes, para alcanzar el nirvana.
El nirvana es lo absoluto, de donde emana una realidad que se percibe ilusoria. Esta realidad relativa se desarrolla en ciclos que está regida por una Ley de causa y efecto: la Ley del karma, que vincula a cada acto con su consecuencia a través de los ciclos.
Lo que hace la realidad aparente no es sustancia, sino una envoltura de pensamiento. El fenómeno que nos parece real, es una apariencia que se agota en el presente, de modo que la continuidad es una percepción ilusoria.
Cada individuo y existencia individual representan la forma transitoria que asume una corriente vital continua, y la muerte de tal individualidad no es sino el paso de esa corriente vital a otra, que nace en otro estado de existencia determinado por el karma anterior. La Ley del karma determina la configuración de destino de una existencia, no los actos.
No se trata de reencarnación del yo, es la corriente vital la que se mantiene y asume la forma de individualidades sucesivas, cada una con su yo perecedero e irreal.
Los actos, aunque se extinguen al instante, dejan como un vestigio en la conciencia individual que genera la mente maculada o afligida por las acciones y ésta es la conciencia que perdura.
La liberación o nirvana consiste en limpiar las máculas, producto de la ignorancia y salir de los condicionamientos.
El Dalai Lama explica que le interesa la salud mental, tan esencial para el cuerpo. Muchas enfermedades físicas se asocian a estados mentales como el estrés, la ansiedad, la preocupación, la frustración y la insatisfacción. Nuestro cuerpo se afecta por emociones originadas en preocupaciones innecesarias. Según el budismo, nuestra mente posee una enorme capacidad para recordar, incluso de generaciones pasadas. Nuestra inteligencia, llena de tantos contenidos remotos, lleva a que nos enredemos en las impresiones que nos formamos de los objetos, culminando en la construcción de una imagen irrealista de la vida.
Este fenómeno puede manifestarse de dos modos diferentes. En una exageración en la forma de apreciar la realidad, lo que lleva a que se tengan demasiadas esperanzas puestas en lo que es dable esperar en la vida. O bien, en una denigración o especie de repudio ante la realidad, por lo que la persona encuentra que la vida es fea o incompleta. Como la salida para ambas situaciones es el realismo (o una visión racional de la realidad), el Dalai Lama recalca la importancia de conocer la vida como de verdad es y de seguir tanto al corazón como a la razón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario