Vipassana, -nos dice U Sinalanda en este interesante texto de práctica-, que significa "ver las cosas tal como realmente son", es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India. Fue redescubierta por Gautama el Buda hace mas de 2.500 años y fue enseñada por él como un remedio universal para males universales, es decir, como un arte: El arte de vivir.
Esta técnica no sectaria tiene por objetivos la total erradicación de las impurezas mentales, y la resultante felicidad suprema de la completa liberación. La curación, no meramente la curación de las enfermedades, sino la curación esencial del sufrimiento humano, es su propósito.
Este texto del maestro U Sinalanda es de los mejores que he leído para iniciarse en la práctica de este inmejorable método de meditación:
Cada inspiración o espiración dura aproximadamente cuatro o cinco segundos. Preste atención a la inspiración. Sentirá la sensación del aire en la punta de la nariz. Preste atención a la misma. Cuando espire, preste atención a esta sensación durante toda la duración de cuatro o cinco segundos. Concéntrese en la naturaleza del aire, su movimiento, en vez de su forma. Trate de percibir la inspiración y la espiración como dos cosas distintas; no como el mismo aire entrando y saliendo. No siga el aire hacia adentro o hacia afuera del cuerpo. Su mente es como un portero parado en la puerta, notando las personas que entran y las personas que salen. No aplique fuerza. Tranquilamente esté atento y observe la respiración. Si así lo desea, puede hacer una nota mental cuando inspira y cuando espira: adentro y afuera, o adentro, afuera. No es necesario que reconozca aquello que está interfiriendo en la meditación. Solamente esté atento de la respiración. Lo importante es la atención completa. Sin embargo, para alguna personas es importante conocer aquello que los ayuda y aquello que no los ayuda a mantener la mente en el objeto de meditación. Si esto lo ayuda, puede usar rótulos o investigar que es lo que está ocurriendo. Pero si interfiere con su concentración, no debe tratar de investigar lo que está ocurriendo, solamente esté atento.
Si su mente puede permanecer sólo en la respiración, está muy bien. Sin embargo, la mente tiene la tendencia a distraerse. Si su mente se distrae y no permanece atenta de la respiración y usted es consciente de esto, preste atención, observe la distracción. Puede repetir mentalmente: Distraído, distraído, distraído, dos o tres veces y luego regresa a la respiración.
Si ve algo o alguien en su mente, esté atento de esta actividad o dígase: Viendo, viendo, viendo, hasta que el objeto desaparezca y luego regresa a la respiración. Si escucha a alguien hablando en su mente, esté atento de ello o dígase: Escuchando, escuchando, escuchando, y luego regresa a la respiración. Si le habla a alguien en su mente o si se habla a usted mismo, esté atento de esta actividad o dígase: Hablando, hablando, hablando, y luego regresa a la respiración.
Si especula sobre algo, si analiza algo, esté atento de ello. Si hace juicios, esté atento de ello. Si recuerda algo en el pasado, esté atento de esta actividad o dígase: Recordando, recordando, recordando o pensando, pensando, pensando, y luego regresa a la respiración. Si piensa en el futuro y hace planes, esté atento de ello o dígase: Planeando, planeando, planeando, y luego regresa a la respiración.
Si siente pereza, esté atento o dígase: Pereza, pereza, pereza. La pereza desaparecerá después de algunos momentos, luego regresa a la respiración. Si está aburrido, esté atento o dígase: Aburrido, aburrido, aburrido, hasta que el aburrimiento desaparezca, luego regresa a la respiración. Si siente resistencia, está atento de la misma o dígase: Resistencia, resistencia, resistencia. Cuando la resistencia desaparezca, regresa a la respiración. Si tiene pensamientos de apego o deseo, esté atento de los mismos o dígase: Apego, apego, apego o deseo, deseo, deseo, hasta que ellos desaparezcan y luego regresa a la respiración. Si está enojado o molesto por cualquier motivo, esté atento, o en otras palabras, convierta al enojo o la molestia en su objeto de meditación. Concéntrese en el enojo o dígase: Enojo, enojo, enojo o enojado, enojado, enojado o molesto, molesto, molesto. Después de algunos momentos, el enojo desaparecerá y cuando desaparezca regresa a la respiración.
Si desea tragar la saliva, primero esté atento de la intención de tragar, dígase: Intención, intención, intención o deseo, deseo, deseo. Cuando junta la saliva en su boca, esté atento de esta actividad o dígase: Juntando, juntando, juntando. Cuando trague la saliva, esté atento o dígase: Tragando, tragando, tragando, luego regresa a la respiración.
Si siente comezón, no se rasque inmediatamente. Concéntrese en el lugar de la comezón y esté atento de esta sensación, diciéndose: Comezón, comezón, comezón. En la mayoría de los casos, la comezón desaparecerá después de algunos momentos. Cuando ha desaparecido, regresa a la respiración. Algunas veces la comezón no desaparecerá. Podría, aun, intensificarse. Entonces, esté atento de la comezón, tomando notas, observando todo lo que pueda. Si piensa que no puede resistir más, puede rascarse. Pero, antes de hacerlo, esté atento de la intención de rascarse. Cuando mueva la mano al lugar donde experimenta la comezón, esté atento del movimiento. Mueva su mano lentamente, siguiendo el movimiento con atención completa. Cuando sus dedos tocan el lugar, dígase: Tocando, tocando, tocando. Cuando se rasque, dígase: Rascando, rascando, rascando. Cuando retira la mano, dígase: Moviendo, moviendo, moviendo. Cuando su mano toque su falda, rodilla o la otra mano, dígase: Tocando, tocando, tocando. Luego regresa a la respiración.
Si tiene dolor en el cuerpo, entumecimiento, rigidez, calor, enfoque su mente en el lugar de estas sensaciones y esté atento de ellas. Si siente dolor en alguna parte del cuerpo, enfoque la mente en el lugar del dolor, esté atento del dolor y dígase: Dolor, dolor, dolor. Deberá tener mucha paciencia con el dolor. El dolor no desaparecerá fácilmente. Deberá tener paciencia y estar atento del dolor. El dolor podría desaparecer o intensificarse. Permanezca con el dolor lo más que pueda. En realidad, el dolor es un objeto de meditación muy bueno. Es un objeto intenso. Cuando hay dolor, la mente es atraída hacia el mismo. Entonces, esté atento y trate de ver que el dolor es primeramente una sensación. No se identifique con el dolor. No diga: Este es mi dolor o yo siento dolor. Existe solamente el dolor, solamente la sensación. Si el dolor se intensificara a tal punto que piensa que no puede soportarlo más, puede ignorarlo completamente y regresar a la respiración o puede moverse y cambiar de postura para aliviar el dolor. Pero cuando se mueva o cambie de postura, primero note la intención de cambiar y luego haga los movimientos lentamente, uno por vez, siguiendo los movimientos con atención completa. Luego que ha hecho los cambios, regresa a la respiración.
De esta manera, la respiración es el objeto principal de meditación. Cuando no hay otros objetos para prestar atención, atiende la respiración. Si hay objetos más prominentes, tome nota de ellos, obsérvelos, sea consciente de ellos; y, luego, regrese a la respiración. No use fuerza o tensión, tranquilamente observe los objetos, tome nota de ellos, esté atento de ellos. No intente rechazar las distracciones o las emociones o las sensaciones en el cuerpo, simplemente obsérvelas y déjelas que desaparezcan por si mismas.
Cuando inspira, el abdomen se extiende o se eleva. Cuando espira, el abdomen se contrae o desciende. Estos movimientos de expansión y contracción pueden ser utilizados como objeto principal de meditación en vez de la respiración. Mantenga su mente en el abdomen y esté realmente atento de la expansión desde el comienzo hasta el final; y, también, de la contracción desde el comienzo hasta el final. Su mente es como jinete montando un caballo, su mente y el aire, ambos, se están moviendo. Aun podría colocar su mano en el abdomen para sentir los movimientos de expansión y contracción. Después de un rato podrá seguir los movimientos de expansión y contracción sin necesidad de colocar la mano en el abdomen. Si se siente cómodo observando la respiración no necesita observar el abdomen.
No tenga expectativas durante el tiempo de práctica. No espere experimentar algo extraño o tener visiones o lo que sea. Las expectativas son una forma sutil de deseo o apego. Son impedimentos para la concentración y deben ser eliminados. Si tiene expectativas, simplemente esté atento de ellas o dígase: Expectativas, expectativas, expectativas. Luego regresa a la respiración o a los movimientos del abdomen.
Luego, al cabo de media hora puede regresar al estado normal de conciencia.
Esta técnica no sectaria tiene por objetivos la total erradicación de las impurezas mentales, y la resultante felicidad suprema de la completa liberación. La curación, no meramente la curación de las enfermedades, sino la curación esencial del sufrimiento humano, es su propósito.
Este texto del maestro U Sinalanda es de los mejores que he leído para iniciarse en la práctica de este inmejorable método de meditación:
Cada inspiración o espiración dura aproximadamente cuatro o cinco segundos. Preste atención a la inspiración. Sentirá la sensación del aire en la punta de la nariz. Preste atención a la misma. Cuando espire, preste atención a esta sensación durante toda la duración de cuatro o cinco segundos. Concéntrese en la naturaleza del aire, su movimiento, en vez de su forma. Trate de percibir la inspiración y la espiración como dos cosas distintas; no como el mismo aire entrando y saliendo. No siga el aire hacia adentro o hacia afuera del cuerpo. Su mente es como un portero parado en la puerta, notando las personas que entran y las personas que salen. No aplique fuerza. Tranquilamente esté atento y observe la respiración. Si así lo desea, puede hacer una nota mental cuando inspira y cuando espira: adentro y afuera, o adentro, afuera. No es necesario que reconozca aquello que está interfiriendo en la meditación. Solamente esté atento de la respiración. Lo importante es la atención completa. Sin embargo, para alguna personas es importante conocer aquello que los ayuda y aquello que no los ayuda a mantener la mente en el objeto de meditación. Si esto lo ayuda, puede usar rótulos o investigar que es lo que está ocurriendo. Pero si interfiere con su concentración, no debe tratar de investigar lo que está ocurriendo, solamente esté atento.
Si su mente puede permanecer sólo en la respiración, está muy bien. Sin embargo, la mente tiene la tendencia a distraerse. Si su mente se distrae y no permanece atenta de la respiración y usted es consciente de esto, preste atención, observe la distracción. Puede repetir mentalmente: Distraído, distraído, distraído, dos o tres veces y luego regresa a la respiración.
Si ve algo o alguien en su mente, esté atento de esta actividad o dígase: Viendo, viendo, viendo, hasta que el objeto desaparezca y luego regresa a la respiración. Si escucha a alguien hablando en su mente, esté atento de ello o dígase: Escuchando, escuchando, escuchando, y luego regresa a la respiración. Si le habla a alguien en su mente o si se habla a usted mismo, esté atento de esta actividad o dígase: Hablando, hablando, hablando, y luego regresa a la respiración.
Si especula sobre algo, si analiza algo, esté atento de ello. Si hace juicios, esté atento de ello. Si recuerda algo en el pasado, esté atento de esta actividad o dígase: Recordando, recordando, recordando o pensando, pensando, pensando, y luego regresa a la respiración. Si piensa en el futuro y hace planes, esté atento de ello o dígase: Planeando, planeando, planeando, y luego regresa a la respiración.
Si siente pereza, esté atento o dígase: Pereza, pereza, pereza. La pereza desaparecerá después de algunos momentos, luego regresa a la respiración. Si está aburrido, esté atento o dígase: Aburrido, aburrido, aburrido, hasta que el aburrimiento desaparezca, luego regresa a la respiración. Si siente resistencia, está atento de la misma o dígase: Resistencia, resistencia, resistencia. Cuando la resistencia desaparezca, regresa a la respiración. Si tiene pensamientos de apego o deseo, esté atento de los mismos o dígase: Apego, apego, apego o deseo, deseo, deseo, hasta que ellos desaparezcan y luego regresa a la respiración. Si está enojado o molesto por cualquier motivo, esté atento, o en otras palabras, convierta al enojo o la molestia en su objeto de meditación. Concéntrese en el enojo o dígase: Enojo, enojo, enojo o enojado, enojado, enojado o molesto, molesto, molesto. Después de algunos momentos, el enojo desaparecerá y cuando desaparezca regresa a la respiración.
Si desea tragar la saliva, primero esté atento de la intención de tragar, dígase: Intención, intención, intención o deseo, deseo, deseo. Cuando junta la saliva en su boca, esté atento de esta actividad o dígase: Juntando, juntando, juntando. Cuando trague la saliva, esté atento o dígase: Tragando, tragando, tragando, luego regresa a la respiración.
Si siente comezón, no se rasque inmediatamente. Concéntrese en el lugar de la comezón y esté atento de esta sensación, diciéndose: Comezón, comezón, comezón. En la mayoría de los casos, la comezón desaparecerá después de algunos momentos. Cuando ha desaparecido, regresa a la respiración. Algunas veces la comezón no desaparecerá. Podría, aun, intensificarse. Entonces, esté atento de la comezón, tomando notas, observando todo lo que pueda. Si piensa que no puede resistir más, puede rascarse. Pero, antes de hacerlo, esté atento de la intención de rascarse. Cuando mueva la mano al lugar donde experimenta la comezón, esté atento del movimiento. Mueva su mano lentamente, siguiendo el movimiento con atención completa. Cuando sus dedos tocan el lugar, dígase: Tocando, tocando, tocando. Cuando se rasque, dígase: Rascando, rascando, rascando. Cuando retira la mano, dígase: Moviendo, moviendo, moviendo. Cuando su mano toque su falda, rodilla o la otra mano, dígase: Tocando, tocando, tocando. Luego regresa a la respiración.
Si tiene dolor en el cuerpo, entumecimiento, rigidez, calor, enfoque su mente en el lugar de estas sensaciones y esté atento de ellas. Si siente dolor en alguna parte del cuerpo, enfoque la mente en el lugar del dolor, esté atento del dolor y dígase: Dolor, dolor, dolor. Deberá tener mucha paciencia con el dolor. El dolor no desaparecerá fácilmente. Deberá tener paciencia y estar atento del dolor. El dolor podría desaparecer o intensificarse. Permanezca con el dolor lo más que pueda. En realidad, el dolor es un objeto de meditación muy bueno. Es un objeto intenso. Cuando hay dolor, la mente es atraída hacia el mismo. Entonces, esté atento y trate de ver que el dolor es primeramente una sensación. No se identifique con el dolor. No diga: Este es mi dolor o yo siento dolor. Existe solamente el dolor, solamente la sensación. Si el dolor se intensificara a tal punto que piensa que no puede soportarlo más, puede ignorarlo completamente y regresar a la respiración o puede moverse y cambiar de postura para aliviar el dolor. Pero cuando se mueva o cambie de postura, primero note la intención de cambiar y luego haga los movimientos lentamente, uno por vez, siguiendo los movimientos con atención completa. Luego que ha hecho los cambios, regresa a la respiración.
De esta manera, la respiración es el objeto principal de meditación. Cuando no hay otros objetos para prestar atención, atiende la respiración. Si hay objetos más prominentes, tome nota de ellos, obsérvelos, sea consciente de ellos; y, luego, regrese a la respiración. No use fuerza o tensión, tranquilamente observe los objetos, tome nota de ellos, esté atento de ellos. No intente rechazar las distracciones o las emociones o las sensaciones en el cuerpo, simplemente obsérvelas y déjelas que desaparezcan por si mismas.
Cuando inspira, el abdomen se extiende o se eleva. Cuando espira, el abdomen se contrae o desciende. Estos movimientos de expansión y contracción pueden ser utilizados como objeto principal de meditación en vez de la respiración. Mantenga su mente en el abdomen y esté realmente atento de la expansión desde el comienzo hasta el final; y, también, de la contracción desde el comienzo hasta el final. Su mente es como jinete montando un caballo, su mente y el aire, ambos, se están moviendo. Aun podría colocar su mano en el abdomen para sentir los movimientos de expansión y contracción. Después de un rato podrá seguir los movimientos de expansión y contracción sin necesidad de colocar la mano en el abdomen. Si se siente cómodo observando la respiración no necesita observar el abdomen.
No tenga expectativas durante el tiempo de práctica. No espere experimentar algo extraño o tener visiones o lo que sea. Las expectativas son una forma sutil de deseo o apego. Son impedimentos para la concentración y deben ser eliminados. Si tiene expectativas, simplemente esté atento de ellas o dígase: Expectativas, expectativas, expectativas. Luego regresa a la respiración o a los movimientos del abdomen.
Luego, al cabo de media hora puede regresar al estado normal de conciencia.
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