miércoles, 23 de junio de 2010

EL DHAMMAPADA


EL DHAMMAPADA


EL CAMINO DE LA RECTITUD


. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento impuro, entonces el sufrimiento le sigue de la misma manera que la rueda sigue la pezuña del buey...

. Todos los estados encuentran su origen en la mente. La mente es su fundamento y son creaciones de la mente. Si uno habla o actúa con un pensamiento puro, entonces la felicidad le sigue como una sombra que jamás le abandona.

Sutta Nipata


Cómo debe obrar aquél que es capaz de lo saludable para ganar el estado de sosiego, es así:

Debe ser hábil, íntegro, sincero y sin orgullo,afable, apacible y muy contento,fácilmente satisfecho y no envuelto en excesiva actividad, y frugal en su modo de vida con los sentidos en calma, inteligente y no osado,sin ser mezquino cuando esté con otros,absteniéndose de seguir los caminos que los sabios censuran y teniendo siempre presente este pensamiento:

«Que todos los seres vivan felices y libres de todo daño y que sus corazones se regocijen en su interior.Todo lo que existe con respiración de vida,tanto si son seres frágiles como muy fuertes,sin excepción, sean altos, bajoso de mediana estatura; sean grandes, pequeñoso gruesos; visibles o invisibles;si viven lejos o si viven cerca;los que están aquí, los que persiguen la existencia:que todos los seres se regocijen en su interior:Que nadie sea la ruina de otro ni desprecie a otro de ningún modo ni en ningún lugar; que no se deseen mutuamente ningún mal por causa de la provocación o de la enemistad.»

Así como una madre ama y protege a su hijo,su único hijo, con el riesgo de su vida,así debe cultivar este amor ilimitadopor todos los seres que pueblan el universo entero extendiéndolo con una conciencia sublime hacia arriba y hacia abajo ya través del mundo,con serenidad, libre de odio y enemistad,y mientras está de pie, mientras camina, está sentado o acostado, libre aún de somnolencia,debe estar absorto en esta atención. Dicen que aquí hay una morada suprema. Mas cuando uno vive libre de opinión alguna,es virtuoso, dotado de visión interior perfecta y libre de la avidez de deseos sensuales,ciertamente no volverá jamás a ningún vientre.
(Sutta Nipata)

drikung kagyu jigten sumgton.


Rasgando el denso velo de la confusion dual, apareces radiantede forma espontanea.

En tu mente clara se unen los dos linajes de forma simple y natural:mahamudra-dzogchen.

Tu mente es la gran perfeccion,tu voz es el gran sello,tu cuerpo es la sabiduría trascendente:

OM AH HUNG

Amigo de los seres,espejo de los practicantes,corazon del linaje:

Ratna Shri.

miércoles, 16 de junio de 2010

EL HOMBRE MAS FELIZ DEL MUNDO


Nos hemos acostumbrado a creer que la felicidad es una especie de competencia olímpica para tener más, ser más exitoso, sentir más placer y hacer más cosas…
El hombre más feliz del planeta es un individuo que vive en una celda de dos por dos, no es dueño ni jecutivo de ninguna de las compañías del Fortune 500, no tiene relaciones sexuales desde hace más de 30 años, no vive pendiente del celular ni tiene Blackberry. No va al gym, ni maneja un BMW, no viste ropa de Armani, ni Hugo Boss. Desconoce tanto el Prozac como el Viagra o el éxtasis. Ni siquiera toma Coca-Cola.
En suma: el hombre más feliz del planeta es un hombre que no tiene dinero, éxito profesional, vida sexual, ni popularidad.
Su nombre es Matthieu Ricard, francés,occidental por nacimiento, budista por convicción y el único entre cientos de voluntarios cuyo cerebro no sólo alcanzó la máxima calificación de felicidad prevista por los científicos (-0.3), sino que se salió por completo del “felizómetro”: -0.45.
Los 256 sensores y decenas de resonancias magnéticas a las que Ricard se sometió a lo largo de varios años para validar el experimento no mienten:
Allí donde los niveles en los simples mortales es muy alto,
-estrés, coraje, frustración-
en el cerebro de Ricard, estas sensaciones negativas sencillamente no existen.
Por el contrario, ahí donde la mayoría de voluntarios mostró bajísimos niveles -satisfacción y plenitud existencial- Ricard superó todos los índices. Esto es, en todas y cada una de las sensaciones positivas, dando origen al título de "el hombre más feliz del planeta" (http://www.elmundo/. es, 22 de abril)
Lo paradójico del caso no es que él sea un hombre tan feliz, sino cómo llegó a serlo: Desprendiéndose de todo aquello en lo que los occidentales suponemos radica la felicidad: fe en un Dios salvador, éxito profesional, pericia científica, dinero, posesiones, relaciones humanas y consumo, consumo, consumo…
Y es que Ricard no es ajeno a nada de esto: hijo del miembro emérito de la academia francesa Jean François Revel, Ricard no se dejó deslumbrar por el ateísmo ilustrado de su padre, ni por su fe de nacimiento; tampoco sus estudios de genética celular en el Instituto Pasteur le trajeron la satisfacción deseada.
Con el mundo a sus pies y a punto de convertirse en una eminencia científica un buen día decidió que ése no era el rumbo que él quería para su vida.
Se fue al Himalaya, adoptó el celibato y la pobreza de los monjes, aprendió a leer el tibetano clásico e inició una nueva vida desde cero.
Hoy es la mano derecha del Dalai Lama y ha donado millones de euros -producto de la venta de sus libros- a monasterios y obras de caridad. Pero eso no es la causa, sino la consecuencia de su felicidad…
La causa hay que buscarla en otro lado, dice el jefe del estudio, Richard J. Davidson, y no es ningún misterio ni gracia divina:
Se llama plasticidad de la mente.
Es la capacidad humana de modificar físicamente el cerebro por medio de los pensamientos que elegimos entretener.
Resulta que al igual que los músculos del cuerpo, el cerebro desarrolla y fortalece las neuronas que más utilizamos. A más pensamientos negativos, mayor actividad en el córtex derecho del cerebro y en consecuencia, mayor ansiedad, depresión, envidia y hostilidad hacia los demás.
En otras palabras: más infelicidad autogenerada.
Por el contrario, quien trabaja en pensar bien de los demás y ver el lado amable de la vida, ejercita el córtex izquierdo, elevando las emociones placenteras y la felicidad.
Ricard advierte que no se trata de decidir ver la vida en rosa de un día para otro, sino de trabajar sistemáticamente en debilitar esos músculos de infelicidad que tanto hemos fortalecido creyéndonos víctimas del pasado, de los padres o del entorno, y paralelamente, comenzar a ejercitar los músculos mentales que nos hacen absoluta y directamente responsables de nuestra propia felicidad (M. Ricard, En defensa de la felicidad, Ed.Urano).
Al final, los resultados del estudio de nuestra civilización consumista donde el Prozac se vende cuatro veces más que el Viagra, confirman ahora sí con pruebas científicas en mano, lo que humanistas y profetas de todas las épocas han venido diciendo ... sin que los científicos materialistas les dieran ni un mínimo de crédito…
Ricard admite que su camino no es más que uno entre muchos, Pero advierte que ser feliz necesariamente sucede al dejar de culpar a los demás de nuestra infelicidad y buscar la causa en nuestra propia mente.
“Vivir las experiencias sufrirlas o gozarlas, es opcional".

sábado, 5 de junio de 2010

Meditacion Vipassana


Vipassana, -nos dice U Sinalanda en este interesante texto de práctica-, que significa "ver las cosas tal como realmente son", es una de las técnicas más antiguas de meditación de la India. Fue redescubierta por Gautama el Buda hace mas de 2.500 años y fue enseñada por él como un remedio universal para males universales, es decir, como un arte: El arte de vivir.
Esta técnica no sectaria tiene por objetivos la total erradicación de las impurezas mentales, y la resultante felicidad suprema de la completa liberación. La curación, no meramente la curación de las enfermedades, sino la curación esencial del sufrimiento humano, es su propósito.
Este texto del maestro U Sinalanda es de los mejores que he leído para iniciarse en la práctica de este inmejorable método de meditación:
Cada inspiración o espiración dura aproximadamente cuatro o cinco segundos. Preste atención a la inspiración. Sentirá la sensación del aire en la punta de la nariz. Preste atención a la misma. Cuando espire, preste atención a esta sensación durante toda la duración de cuatro o cinco segundos. Concéntrese en la naturaleza del aire, su movimiento, en vez de su forma. Trate de percibir la inspiración y la espiración como dos cosas distintas; no como el mismo aire entrando y saliendo. No siga el aire hacia adentro o hacia afuera del cuerpo. Su mente es como un portero parado en la puerta, notando las personas que entran y las personas que salen. No aplique fuerza. Tranquilamente esté atento y observe la respiración. Si así lo desea, puede hacer una nota mental cuando inspira y cuando espira: adentro y afuera, o adentro, afuera. No es necesario que reconozca aquello que está interfiriendo en la meditación. Solamente esté atento de la respiración. Lo importante es la atención completa. Sin embargo, para alguna personas es importante conocer aquello que los ayuda y aquello que no los ayuda a mantener la mente en el objeto de meditación. Si esto lo ayuda, puede usar rótulos o investigar que es lo que está ocurriendo. Pero si interfiere con su concentración, no debe tratar de investigar lo que está ocurriendo, solamente esté atento.
Si su mente puede permanecer sólo en la respiración, está muy bien. Sin embargo, la mente tiene la tendencia a distraerse. Si su mente se distrae y no permanece atenta de la respiración y usted es consciente de esto, preste atención, observe la distracción. Puede repetir mentalmente: Distraído, distraído, distraído, dos o tres veces y luego regresa a la respiración.
Si ve algo o alguien en su mente, esté atento de esta actividad o dígase: Viendo, viendo, viendo, hasta que el objeto desaparezca y luego regresa a la respiración. Si escucha a alguien hablando en su mente, esté atento de ello o dígase: Escuchando, escuchando, escuchando, y luego regresa a la respiración. Si le habla a alguien en su mente o si se habla a usted mismo, esté atento de esta actividad o dígase: Hablando, hablando, hablando, y luego regresa a la respiración.
Si especula sobre algo, si analiza algo, esté atento de ello. Si hace juicios, esté atento de ello. Si recuerda algo en el pasado, esté atento de esta actividad o dígase: Recordando, recordando, recordando o pensando, pensando, pensando, y luego regresa a la respiración. Si piensa en el futuro y hace planes, esté atento de ello o dígase: Planeando, planeando, planeando, y luego regresa a la respiración.
Si siente pereza, esté atento o dígase: Pereza, pereza, pereza. La pereza desaparecerá después de algunos momentos, luego regresa a la respiración. Si está aburrido, esté atento o dígase: Aburrido, aburrido, aburrido, hasta que el aburrimiento desaparezca, luego regresa a la respiración. Si siente resistencia, está atento de la misma o dígase: Resistencia, resistencia, resistencia. Cuando la resistencia desaparezca, regresa a la respiración. Si tiene pensamientos de apego o deseo, esté atento de los mismos o dígase: Apego, apego, apego o deseo, deseo, deseo, hasta que ellos desaparezcan y luego regresa a la respiración. Si está enojado o molesto por cualquier motivo, esté atento, o en otras palabras, convierta al enojo o la molestia en su objeto de meditación. Concéntrese en el enojo o dígase: Enojo, enojo, enojo o enojado, enojado, enojado o molesto, molesto, molesto. Después de algunos momentos, el enojo desaparecerá y cuando desaparezca regresa a la respiración.
Si desea tragar la saliva, primero esté atento de la intención de tragar, dígase: Intención, intención, intención o deseo, deseo, deseo. Cuando junta la saliva en su boca, esté atento de esta actividad o dígase: Juntando, juntando, juntando. Cuando trague la saliva, esté atento o dígase: Tragando, tragando, tragando, luego regresa a la respiración.
Si siente comezón, no se rasque inmediatamente. Concéntrese en el lugar de la comezón y esté atento de esta sensación, diciéndose: Comezón, comezón, comezón. En la mayoría de los casos, la comezón desaparecerá después de algunos momentos. Cuando ha desaparecido, regresa a la respiración. Algunas veces la comezón no desaparecerá. Podría, aun, intensificarse. Entonces, esté atento de la comezón, tomando notas, observando todo lo que pueda. Si piensa que no puede resistir más, puede rascarse. Pero, antes de hacerlo, esté atento de la intención de rascarse. Cuando mueva la mano al lugar donde experimenta la comezón, esté atento del movimiento. Mueva su mano lentamente, siguiendo el movimiento con atención completa. Cuando sus dedos tocan el lugar, dígase: Tocando, tocando, tocando. Cuando se rasque, dígase: Rascando, rascando, rascando. Cuando retira la mano, dígase: Moviendo, moviendo, moviendo. Cuando su mano toque su falda, rodilla o la otra mano, dígase: Tocando, tocando, tocando. Luego regresa a la respiración.
Si tiene dolor en el cuerpo, entumecimiento, rigidez, calor, enfoque su mente en el lugar de estas sensaciones y esté atento de ellas. Si siente dolor en alguna parte del cuerpo, enfoque la mente en el lugar del dolor, esté atento del dolor y dígase: Dolor, dolor, dolor. Deberá tener mucha paciencia con el dolor. El dolor no desaparecerá fácilmente. Deberá tener paciencia y estar atento del dolor. El dolor podría desaparecer o intensificarse. Permanezca con el dolor lo más que pueda. En realidad, el dolor es un objeto de meditación muy bueno. Es un objeto intenso. Cuando hay dolor, la mente es atraída hacia el mismo. Entonces, esté atento y trate de ver que el dolor es primeramente una sensación. No se identifique con el dolor. No diga: Este es mi dolor o yo siento dolor. Existe solamente el dolor, solamente la sensación. Si el dolor se intensificara a tal punto que piensa que no puede soportarlo más, puede ignorarlo completamente y regresar a la respiración o puede moverse y cambiar de postura para aliviar el dolor. Pero cuando se mueva o cambie de postura, primero note la intención de cambiar y luego haga los movimientos lentamente, uno por vez, siguiendo los movimientos con atención completa. Luego que ha hecho los cambios, regresa a la respiración.
De esta manera, la respiración es el objeto principal de meditación. Cuando no hay otros objetos para prestar atención, atiende la respiración. Si hay objetos más prominentes, tome nota de ellos, obsérvelos, sea consciente de ellos; y, luego, regrese a la respiración. No use fuerza o tensión, tranquilamente observe los objetos, tome nota de ellos, esté atento de ellos. No intente rechazar las distracciones o las emociones o las sensaciones en el cuerpo, simplemente obsérvelas y déjelas que desaparezcan por si mismas.
Cuando inspira, el abdomen se extiende o se eleva. Cuando espira, el abdomen se contrae o desciende. Estos movimientos de expansión y contracción pueden ser utilizados como objeto principal de meditación en vez de la respiración. Mantenga su mente en el abdomen y esté realmente atento de la expansión desde el comienzo hasta el final; y, también, de la contracción desde el comienzo hasta el final. Su mente es como jinete montando un caballo, su mente y el aire, ambos, se están moviendo. Aun podría colocar su mano en el abdomen para sentir los movimientos de expansión y contracción. Después de un rato podrá seguir los movimientos de expansión y contracción sin necesidad de colocar la mano en el abdomen. Si se siente cómodo observando la respiración no necesita observar el abdomen.
No tenga expectativas durante el tiempo de práctica. No espere experimentar algo extraño o tener visiones o lo que sea. Las expectativas son una forma sutil de deseo o apego. Son impedimentos para la concentración y deben ser eliminados. Si tiene expectativas, simplemente esté atento de ellas o dígase: Expectativas, expectativas, expectativas. Luego regresa a la respiración o a los movimientos del abdomen.
Luego, al cabo de media hora puede regresar al estado normal de conciencia.

viernes, 4 de junio de 2010

La Rueda de la Vida como un espejo de nuestra existencia


La Rueda de la Vida nos ofrece toda una visión de posibilidades y alternativas. Vemos en ella que uno puede estancarse o crecer, puede continuar dando vueltas en la rueda sin hacer nada por remediarlo o puede seguir el sendero ascendente. Podemos decir que la Rueda de la Vida no está hecha de cuatro círculos sino de cuatro espejos concéntricos. Es como un espejo mágico o una bola de cristal donde podemos vernos, si tenemos el valor para hacerlo.
Naturaleza animalEn el eje hay un gallo, una víbora y un cerdo. Éstos representan los "tres venenos mentales" de la avaricia, la aversión y la ignorancia, presentes en nuestro corazón. Sufrimos un sobresalto al no ver reflejada en el espejo la cara que esperábamos, sino la cara de un gallo, una víbora y un cerdo. Observamos nuestra propia naturaleza animal. Vemos que no somos tan humanos como habíamos pensado. Con esta visión comienza la vida espiritual. Percibimos nuestro estado menos desarrollado, lo aceptamos y de allí partimos.
Acciones tienen consecuenciasAl recuperarnos de esa primera imagen, miramos el segundo espejo y distinguimos dos senderos: uno ascendente y otro descendente, uno blanco y otro negro. Entendemos que tenemos dos alternativas: ir hacia arriba o hacia abajo, evolucionar o sufrir una regresión. Tan simple como eso y la decisión es nuestra. Tenemos la oportunidad de decidir a cada instante.
¿En qué mundo estoy viviendo ahora?Nos asomamos al tercer espejo y vemos la cara sonriente de los dioses o el rostro agresivo de un titán. Luego encontramos la mueca insatisfecha de un espectro hambriento o el gesto abatido de quien sufre en el infierno. Otras veces notamos una mirada animal y, otras más, lo que vemos es la cara de un ser humano sencillo. No importa la imagen que encontremos, lo que estamos viendo es a nosotros mismos.
Por una parte, la Rueda de la Vida exhibe seis esferas de la existencia en diferentes planos físicos, pero también nos muestra seis estados de la mente, que podemos experimentar aquí y ahora en el transcurso de nuestra existencia humana actual. Algunas veces experimentamos ciertos estados mentales con tanta intensidad que nos parece estar viviendo en otro mundo, ya sea en el cielo o en el infierno, por ejemplo.
Vivir como diosesEl mundo de los dioses representa un estado mental feliz, satisfecho, contento y reposado, un estado de relajación en el que todo marcha a pedir de boca, sin obstáculos, dificultades ni problemas. Es también un estado de experiencia estética. Este plano es semejante al de las bellas artes y la meditación.
Un mundo de luchas de poder y ambiciónEl mundo de los asuras o titanes representa un estado mental de competitividad y agresión, donde la energía se vierte hacia el exterior. Hay desasosiego, sospecha y celos. Los titanes ansían ganarle a los dioses la posesión del árbol de los deseos. Es un estado mental de lucha por conseguir riqueza material infinita, niveles de vida cada vez más altos y salarios más elevados. Es un estado de egoísmo enérgico en el que siempre se quiere ser superior a los demás. En este estado uno quiere tener el control sobre los otros y dominarlos. El mundo de los titanes es análogo al de la política, los negocios y los sindicatos.
Un estado de deseo insaciable El mundo de los pretas o espectros hambrientos representa un estado de deseo neurótico. Es cuando buscamos que un objeto nos dé algo que, por su propia naturaleza, no puede proporcionarnos. Tenemos, por ejemplo, el deseo neurótico por la comida. En ocasiones, la gente consume grandes cantidades de comida cuando lo que quiere es otra cosa, quizás afecto. Hay relaciones así, donde parece que una persona va a devorar a la otra. El mundo de los espectros hambrientos se parece al del romance o al de las relaciones personales simbióticas.
La vida como un infiernoEl mundo de los seres atormentados, el infierno, es un estado de sufrimiento mental agudo, de frustración nerviosa, de alteración mental y, si se exacerba, puede conducir a la locura. Este estado surge de varias maneras. Puede deberse a la constante frustración de nuestros impulsos humanos, a repentinas muertes de familiares o a conflictos mentales inconscientes. El mundo de los seres atormentados es similar al de las enfermedades mentales.
Se comportan como animalesEn el mundo de los animales tenemos un estado de complacencia puramente sensorial, en el que lo único que importa es la comida, el sexo y las comodidades materiales. Cuando han satisfecho sus deseos, los animales se muestran tranquilos y dóciles, pero cuando no consiguen esto se muestran agresivos y peligrosos.
Conciencia humanaLa esfera de los humanos representa un estado de conciencia entre la alegría y el dolor. Cuando uno se halla en este estado no es agresivamente competitivo ni estúpidamente sensual ni lo dominan los deseos neuróticos. En este estado somos conscientes de nosotros mismos y de los demás. Asimismo, satisfacemos de manera razonable nuestras necesidades objetivas y nos dedicamos al desarrollo espiritual. Este es el estado verdaderamente humano, aunque la mayoría de los “seres humanos" tan sólo llegan a experimentarlo de una forma intermitente.

martes, 1 de junio de 2010

La relación entre la Física Moderna y el Budismo


Tanto el método científico como las filosofías orientales han llegado a un sinnúmero de conclusiones similares en lo relativo a la naturaleza de las cosas y de los fenómenos naturales. Esta relación es especialmente estrecha entre la física y el Budismo.
Muchas veces me han preguntado por qué me hice budista. La respuesta que siempre doy es que yo no me convertí al Budismo sino sencillamente fui descubriendo que yo ya era un budista aún sin saberlo. Luego me consultan: "¿pero qué te llevó a interesarte en el Budismo?". Mi respuesta siempre ha sido: "La física".
Siendo yo estudiante en la Universidad Santa María tuve la suerte de tener grandes profesores de física, como don Nicolás Porras y Luis Paredes, quienes me enseñaron no sólo a resolver problemas mediante ecuaciones sino que a pensar en las consecuencias filosóficas de los descubrimientos científicos. Sin embargo fue un profesor de Informática, Ricardo Acevedo, quien en una conversación me recomendó leer "El Tao de la Física", libro que cambiaría mi vida.
?El Tao de la Física?, de Fritjof Capra fue uno de los primeros libros que exploraron la conexión entre la física moderna y las filosofías orientales. En este texto clásico, el autor bosqueja los lineamientos de la mecánica cuántica y de las tres principales filosofías orientales: el Budismo, el Hinduismo y el Taoísmo, destacando sus concordancias y similitudes. Otro texto que explora el estrecho vínculo entre la física moderna y las filosofías orientales es "La Danza de los Maestros de Wu Li", de Gary Kuzav. Finalmente, el texto "El infinito en la Palma de la Mano", de los autores Ricard y Thuan, se concentra específicamente en la intersección entre física moderna y Budismo.
Básicamente lo que estos autores han constatado es que tanto el método científico como las filosofías orientales han llegado a un sinnúmero de conclusiones similares en lo relativo a la naturaleza de las cosas y de los fenómenos naturales. Una de estas grandes convergencias es la idea del universo como una totalidad indivisible o, en otras palabras, la interconectividad de todas las cosas, particularmente del observador y del objeto observado. Esta idea que es el eje central tanto de las teorías de la relatividad como de la mecánica cuántica, ha estado siempre en el corazón mismo de las tradiciones filosóficas de oriente.
Incluso se puede ser mucho más específico y comparar experimentos clásicos, como el ERP o el péndulo de Focault, con elementos específicos como el concepto Budista de shuññata. La conclusión a la que llegan a menudo quienes estudian estos temas es que el método científico y algunos sistemas orientales de introspección, como la filosofía Budista, son métodos igualmente robustos y rigurosos. En ambos casos se trata de sistemas dialécticos que permiten avanzar hacia un conocimiento cada vez más refinado y, en ese sentido, verdadero.
No es casualidad que Albert Einstein, quien propuso la Teoría de la Relatividad General (y antes que eso la Específica) y también propuso la existencia de las partículas cuánticas de luz - posteriormente denominadas "fotones" - escribiera lo siguiente:
La religión del futuro será una religión cósmica. Deberá trascender la idea de un Dios que existe como persona y evitar el dogma y la teología. Abarcando tanto lo natural como lo espiritual, deberá fundarse en un sentido religioso nacido de la experiencia de todas las cosas, naturales y espirituales, consideradas un conjunto con sentido. El Budismo corresponde a esta descripción (...) Si existe una religión que podría estar en concordancia con los imperativos de la ciencia moderna, esa religión es el Budismo